Miradme siempre. Yo no fallo, vosotras si. Yo os miro, vosotras apartáis la mirada de Mi. ¿Para que si no os diría todo esto si no fuera porque esto son palabras necesarias para que las escuchéis en vuestro corazón, en el corazón que ansía…..(pierdo palabras).
Sentaros ante Mi y miradme confundida en un Amor que no podéis comprender, pero sabiendo que Yo vuestro Dios os aclaro la mirada, os suplico que sigáis mirándome y que Me alegro con vuestro sentir porque aún así os se necesitadas de Mi. Os agradezco vuestra atención, gracias hijas.
La salvación es un enganche de Amor: imaginaros lo que es una locura, una locura de Amor, ¿No se contagian las locuras?. Las maledicencias, el orgullo, la mentira, el engaño, ¿no se contagia todo eso? ¿No causa todo eso dolor?. Pues igual pasad al otro extremo, al del Amor. Ahí enganchadas, sometidas, pero no engañados, sabiéndose libres, reconociéndose libres, sin el sometimiento del deber (débito).
(El Señor nos da el significado de sometimiento: Alegría de una entrega en libertad y por elección. Sometimiento: el otro, la esclavitud y la obligación en el dolor.)
Confiad en el Señor y no desconfiéis. Mi Presencia es eterna en cada uno y os guío por el camino de la rectitud, de la confianza y del amor. Confiad y veréis y alegraos conmigo.
Tomad las cosas como algo ajeno a vosotras. Sabed que Yo Me hago cargo de todo. la alegría es saber que Yo Me hago cargo de todo.
Cuando tengamos conciencia de lo que sintamos, de lo que vemos, de lo que hablamos, de lo que tengamos, de lo que pidamos, de lo que respiremos, de todo lo que os hable, «eso nos permitiría alejarnos del vacío del dolor».. Sobre todo conciencia de la verdad de nuestra existencia en todas nuestras acciones, eliminando todos los condicionamientos, cuestionándonos hasta que punto es mío, lo comprendo y es verdad y, desde ahí, elijo para volver a cuestionarme en cualquier otro sentir o vivir.
Eso nos permitirá alejarnos del vacío del dolor que son exigencias para no reconocernos y perdernos. Para vivir desde el vacío y la demanda, desde la angustia y la obsesión. Desde el sinsaber para que me digan como debo sentir, pensar y vivir, ¿comprendéis?