Lo prioritario es Mi voluntad. Todos venimos para canalizar la Verdad a través del Amor. Los canales de sabiduría se rompen por la falsa escucha. No quiero decir que no escuchan, sino que lo hacen condicionados por sus mentiras, necesidades y a veces la necedad del saber. Necedad: Confusión, confunden y esperan ser creídos. Eso es.
No hay ruego de verdad. No hay súplica de verte, de reconocerte en cada instante de mi vida.
Los egos ¿para qué sirven? para engañarnos siempre. Es la manipulación del saber fuera de Mi.
Para pedir perdón: Perdóname Señor, es entrar en un regocijo del alma al verse perdida, abandonada, elucubrada, sin saber. Pero Me reconoce, Me ve. Me siente, y en este estado proclama su indefensión y pide «perdón Señor».
Si nos vemos perdidas, no sabemos, tenemos sentimientos de locura, de no entender ¿Qué me pasa? es un estado, casi llega a ser angustia. Pero el sosiego llega siempre. Mi ayuda llega cuando se Me pide.
¿Para qué queremos la Verdad? Solo para someterla al discernimiento ( que tengamos conciencia).
¡ Cuanta necesidad hay de MI!. Para Mi es todo discernimiento, para la comprensión. Se necesita la Verdad en el discernimiento, no puede ser de otra manera. Cuanto dolor hay en el alma que se angustia en sus propias necesidades. Se ahoga en su propio vómito.
Adán y Eva, ¿Qué hicieron? Colocar sus necesidades el uno en el otro. Justificarse el uno en el otro. Sus necesidades le demandaban, había sentimiento de culpa. Lo coloco fuera, así no me veo y mi culpa sigue estando ahí, pero colocada en el de enfrente. Ese es el error de la mentira. Para hablar hay que hacerlo en el sosiego, en la calma de Mi corazón, en la repugnancia del que no sabe y tirita ante la frialdad de sus propias necesidades.
Es el gozo del encuentro (Se refiere al placer espiritual que se da en la unión).
¿Por qué no Me amáis sabiendo que Soy Yo? (Que la intensidad la pongas Tu, queremos amarte mas).
Pídeme mas. Yo socorro tus deseos. («Que el infinito sea pequeño al lado del amor que sintamos por TI») esta petición la ha puesto EL.
El perdón, qué gozoso encuentro desde ahí. Es un renacer desde el sufrimiento, desde el reconocimiento de la ofensa cansada a Mi corazón.
¿Ves? eso es la confianza: tu hablas desde Mi porque Yo hablo en ti. No temas nunca, solo YO hablo. El diálogo del mundo es la mentira. Cuanto afán por convencer al de enfrente cuando ellos no están convencidos. Solo quieren coaccionar con su palabra al que está ahí, para hacer su voluntad. ¿Comprendéis cuanto dolor?.
YO abro Mis brazos, os acojo, saboreadlo. Mis dos niñas pequeñas, tan pequeñas como Mi Corazón ansia en ellas, para poderos acoger a la Verdad en la inocencia de saberos amadas y necesitadas para el Amor. Recordad esto: todo aquel que mira a su Dios con un sentido, sentimiento de confianza, será acogido por Mi Corazón en una renuncia de sus pecados y ofensas. YO os amparo.
Sí os corresponde pedir la intercesión en las almas, en una mirada, en una limosna, en la sonrisa, en la mano que levanto al hermano en cualquier campo: YO Doy. Tomad y ved que bueno es el Señor. Santo es Su Nombre en la Gloria y para todas Sus criaturas.
Yo propicio el momento y vosotras lo vivís bien. Desde Mi si os podéis retirar diciendo, que horror, yo no puedo, donde voy a ir, o por ejemplo: la operación, me podía haber librado. No, ese no es el planteamiento, sino voy confiada y feliz, y no: y qué comeré y haré, etc…. Solo se dice voy. Eso se llama confianza viva. Que lo que hagáis sea para MI, desde ahí, ¿comprendéis?. El miedo no acompaña. Atemoriza al que lo vive y no le permite la libertad. Lo lanza al abismo del susto.