( En la puerta de la capilla, el día que llegamos al convento, EL nos dice:) Entrad por Mi, Mi gozo es enorme, Mi dicha también, os estoy esperando almas Mías muy queridas, dejaros llenar. Mi gozo os hará comprender la alegría de la salud, el buen caminar en Mi Presencia, de Mi mano como dos niñas pequeñas ayudadas por Mi en el camino de la vida. Yo nunca os abandono, nunca Me aparto, nunca Me separo de Mis hijas, de Mis niñas, de Mis adoradas criaturas. Mi voz es eterna, porque Me escucháis, os alegráis con Mi Presencia, os dais a Mi aún con vuestros quehaceres y sinsabores. Pero Yo os haré gozar del gozo eterno. Mi Corazón anhela al vuestro. Mi Alma sonríe al veros y, en este gozo y en esta alegría, os subyugo, os acerco a Mi y os fusiono como Mis dos almas elegidas, porque se dejan en el abandono de su confianza, en su libertad a disfrutar de su Dios que las protege y aleja de los sinsabores y fatigas, porque el gozo es perpetuo. Perdonad y alegraos por verme. Estoy aquí. Os acojo y os recibo con el Corazón abierto a vuestras acechanzas, sinsabores, para la salud de vuestro cuerpo y vuestra alma. Bienvenidas hijas Mías, no temáis. Vivir es así, siempre acogidas a Dios que os Ama y siempre os acoge en el Corazón. Bienvenidas.
( Este retiro, dice El, es para dejarnos llenar de EL, más que para contarle nuestras cosas que las conoce). A mis preguntas siempre quiero que Me respondáis. Ya sabéis que Yo os escucho. El silencio está en el corazón, en el interior, en el abandono, en la gratitud, en el puro y limpio reconocimiento. Hay que dejar que EL haga y El como Padre Bueno no falla, nos va dando lo que necesitamos.
Alejaros del malvado que os engaña, del necesitado de aplauso y necesidades, del que no habla y calla sin saber lo que hay en su corazón, no se muestra en verdad, teme el engaño, el juicio y teme el dolor que esto causa, sin verse en ningún momento y viviendo en un continuo dolor, ¿Comprendéis? Analizadlo para comprender, es tan fácil como mirarlo, pero hay que hacerlo.
El mundo se revuelca en su propio dolor y angustia. Solo la contemplación, sabiendo que estoy aquí. Despojaros de todo lo que os pesa, que os alienta al dolor. Hay que vivir como en el desierto, aunque estamos rodeados de personas, quiero decir que os sintáis libres de juicio y prejuicios, de sonrisas y reproches, de escándalos y dádivas. Dad una patada en el suelo, fuerte, muy fuerte y decid: hasta aquí!!!! quiero vivir y hay que vivir porque me siento libre, soy libre.
Cuanto Amo vuestra escucha hijas Mías muy queridas y el regocijo de vuestro corazón en el Mío. Os Amo sin parar, como un latido detrás de otro, para acercaros cada vez mas a mí. Nuestros latidos se unen, nuestros corazones también y nuestras almas fusionadas, se alejan de todo espacio que no sea el tuyo y el Mío. Somos la unidad en el Padre. Benditas seáis porque vuestros anhelos serán cumplidos, Mis anhelos en vosotras.
Le damos las gracias a la Virgen y Ella contesta:» El regocijo de Mi Hijo es el Mío».
Ahora EL dice: id a vuestra habitación, Yo os espero allí yendo con vosotras).