( En la iglesia del convento, después de hablar con el sacerdote).
Mi oración está en tu corazón y con esta oración glorifico al Padre…( pierdo algunas palabras…).
Inclinad vuestras cabezas y recibid la bendición del Padre en la Santa Unidad…(vuelvo a perder algunas palabras…) en el Santo Oficio que Yo os doy.
( Esto recordado y no al pié de la letra): Mis niñas pequeñas, tan ingénuas y Yo Me hago tan ingenuo como ellas, porque el Amor es así. El Señor se baja a esta altura para, desde ahí, poder ir dando todo lo que espera y necesita.