Nunca hablamos desde nosotros en verdad. Somos capaces de repetir tantas veces lo mismo, los mismos tropiezos, las mismas palabras sin sentido que nos cobijan y protegen del miedo, porque funciona así, si no, no lo haríamos. Yo demando lo que necesito, lo que quiero. Esto hace como una protección a un miedo y angustia, pero no me lleva a la verdad porque es revolcarme en mi propia basura, no entiendo, no veo y no siento. Solo hago y repito lo mismo y no avanzo y me quedo ahí. Por eso es  tan importante que esa ceguera, aun sin ver, sin sentir, aún sin hablar nos conduzca a una búsqueda confiada a la Voluntad del Padre. Es salirse de la rutina para entrar en un camino de Perfección. Perdonad, perdonad, perdonad. El concepto perdón es un concepto de liberación, hay que hacerlo desde la libertad, tiene que estar en una comprensión, aceptación, respeto y voluntad. Si se hace así es mas verdad que cuando se le dice a alguien te amo. No porque no lo puedas hacer (lo del amor) sino porque no hay la menor reflexión, solo demanda.

Sostén con tus manos la Cruz del Amor, de la Paz y de la alegría.

La reconciliación es el perdón.