Observad las creencias, os atan y no os dejan libres, son las marañas del dolor.
(El Señor nos dice que esta oración tiene una fuerza desconocida para nosotras). Padre Eterno, ante Ti me postro suplicante en un ruego constante de MI Presencia ante Ti, para que colmes de Tus bendiciones mi corazón, el alma que te ansia, el gozo de Tu Presencia, rogándote de esta forma el cobijo de Tus alas de Amor, para el perdón de todas las almas cobijadas en Ti. Te ruego alimentes la vida, mi vida en oración perpetua y continua para glorificar a Tu Santo Nombre. Bendecirte y alabarte por Tu Amor inmenso, porque sabiendo que Te pertenezco, mi corazón solo vive en Ti y para Ti. Te necesito sabedora de que Tu eres el Único. Recojo cada una de Tus Palabras sabiendo que eres mi Dios, el Hijo del Padre colmando de bendiciones todas ellas para un perpetuo descanso de vida glorificada en Tu sentir. Amén.
Bienvenidas al patio del Amor, al gozo eterno de nuestro encuentro, ya disfrutáis de una Presencia Divina sobrenatural, mas allá de una comprensión humana. No lo olvidéis, os acojo como reinas de Mi Corazón, insertas en El por el Amor y os elevo hasta la Presencia divina del Padre, con un soplo que os santifica y os hace dignas de estar ante El. Sobre todo tu M.J porque te has entregado por completo. No recojas esto como un elogio sino como un signo de tu apertura.