La fe mueve la alegría del corazón. El sentir es una elección porque el sentir lo que El quiere es una elección de vida.
(No literal): El señor nos dice que El es el encargado de llevar las almas al Padre, pero que en nuestro caso, por nuestra consagración es nosotras para el Padre). La consagración os eleva a grados que vosotras no percibís desde vuestra pobre humanidad, pero Yo dirijo vuestras vidas directamente a los brazos del Padre, al unísono con el Santo Espíritu en el Amor.
(Al llegar al convento nos dice: veréis Mi alegría).
Sacrificio es saber que Este que os Ama tanto os necesita ahí. Saboread estos días porque son especiales. Puedo derramar gracias en un segundo o instante que podría derramar en mil años.
La comunidad santifica el alma, y el silencio en el corazón lo santifico Yo. Rogad porque esto suceda. Estos días son especiales.
La necesidad es la confianza, la alegría es nuestra paz y el sosiego es el susurro en el corazón.
Vuestra felicidad sería superior a la de todo el mundo, dicho así vosotras decidís. Yo os elijo aquí.