Hay que descolocar a la personas para luego poderlas orientar.
Les hace preguntas para sacarlas de su demanda y les pide para que sean conscientes de que no tienen nada. Les vuelve a preguntar sobre ellos mismos y después les cuestiona quien es su Dios y les muestra quien es el Padre. Y si tienen interés les explica la Trinidad.
Hasta que llega la información la persona lo reconoce y sana con la Palabra. Da vida con la Palabra.