Cuando el alma subyace recordando sus propios dolores, penas, angustias, necesidades, agobios, sentimientos de vacío: no me quieren, no me ven, no me reconocen, no saben de mi, por qué estoy aquí?, qué hago aquí?. El miedo me atemoriza, me hace sentir fuera de mí, no lo soporto mas, es imposible. Todos estos pensamientos fluyen a vuestras cabezas y a vuestros sentires. Ellos saben todo esto muy en su fondo interior. No es verdad, pero no ven otra cosa y necesitan expresarlo desde allí, porque no se ven a sí mismos y buscamos fuera el reconocimiento, el cariño, la escucha. El acopio de necesidades que ponemos fuera es el sentido de nuestra demanda. Subyace siempre el dolor enmascarado en angustias, neurosis, miedos. Enmascaran el horror que hemos incorporado a nuestra alma. Esto solo hay que verlo y reconocerlo y desde ahí, ¿ Qué hago y qué puedo hacer? Desde ti nada, repetir la historia y entrar en el cansancio agotador y a veces insoportable. Va mas allá del saber humano. ¿Quién culmina su dolor reconociéndolo en un abandono, en saberse solo y sentirse acompañado? Solo desde ahí sabréis de Mi.
No te abandones al dolor, para expresar sanamente. Una persona, cualquier situación que vivo, puede haber un rechazo de lo que se gestiona allí: palabras, actitudes, desprecio físico ( todo lo que nos descoloca). Eso lo provoca una situación, un sentir. Rodea todo eso con la luz y la claridad que sientes. ¿ Qué cosa me provoca a mi este sentir?.
(Esto no lo olvidéis): Cuando yo digo o hago algo estoy enriqueciendo o empobreciendo al que tengo enfrente. Pero también a mi me toca reconocerme si me enriquece o me empobrece, y comprendiendo desde ahí, expresa, si en ese momento lo crees oportuno, sin el miedo de la condición del que te escucha, con el mismo respeto que tu mereces, él también: ¿ He entendido bien las palabras o he interpretado bien tu gesto o actitud ante tal situación?, ¿ Por qué me miras así?. Pero exprésalo, no te calles!! ( Cuando el Señor pregunta: qué mal te he hecho y si no por qué me pegas?). Ahora bien, si en verdad has comprendido profunda y ampliamente qué es lo que ha tocado de tu sentir y, libre y sanamente, pones luz, eso se disipará como cuando se ilumina una caverna sin dejar zonas oscuras, comprendiendo lo que hay, y la elección libre ante esa situación u otras similares, ¿ Comprendéis?. Esto es un estado de conciencia. Todo nos provoca unos sentimientos, pero hasta ese sentir de libertad sigues teniéndole que incorporar una elección, ejercitando la libertad: porque me sé libre la practico, y tomo determinaciones en consecuencia, ¿ Comprendéis?. Este es el proceso, ni tan difícil ni tan fácil. Es.
Si no vemos se reproduce la historia a cualquier nivel.
Yo Soy la Palabra, el Verbo y hablo de Mi Mismo como el silencio, es la comunicación en el silencio interior. Comunicación: Palabra, en el silencio interior. Todo en EL. El silencio equivale en Mi.
Todos tenéis necesidades, obligaciones y no sabéis, ni una sola, cual es vuestra obligación: el beneficio de vuestra alma. ¿ Quién se cuestiona desde ahí?.
Si YO os rompiera las cadenas, os moriríais del miedo.
La hipersensibilidad destruye: un dolor tan grande como su ego, igual a confusión. Todo apoyado en el miedo, subyaciendo el miedo.
El sentimiento de amor es igual a la libertad. Libertad: La mentira se destruye con la luz, la mentira es siempre falsa. Queremos vivir en la libertad creyendo que decidimos, sin embargo, la verdadera libertad es un sentir puesto en evidencia por una práctica. Es un sentir, en unas circunstancias y ejercito la libertad, decido. Es un saber en conciencia, en unión al verdadero sentir. Con la verdadera libertad, cual es mi mirar, la sabiduría puesta en Mi ( proceso de aprendizaje, por lo que estamos aquí). Esto es lo que te da la singularidad, ser únicos, ser en esencia. Dios nos ha creado a todos únicos y diferentes. Y de ahí parte la verdadera unión ( con Dios), cuando somos en esencia verdad y únicos.
( Estamos hablando de elegir desde la libertad y cómo el Señor da a cada uno lo que necesita para su aprendizaje, y el Señor dice): Guardar el talento significa encasillarnos en las creencias y vivir con esos talentos desde las creencias y no desde su libertad. Suelta los esquemas aprendidos y muévete según tu creencia y no la de los demás. Se tu. Y El dice: YO SOY, EL QUE ES.
Somos lo que nos han dicho y no lo que somos en verdad. Cómo repetimos los mismos esquemas. El poder que le damos a otro para que me produzca el sentir de: querida, amada, reconocida con su actitud. Esto es crear un ídolo.
No te fijes en lo que haces sino en lo que sientes.
Estés como estés, subyace el estado de conciencia de plenitud de El, cuando en verdad tu te abandonas a EL, cuando tu vida transcurre en un abandono. » Ni una sola hoja caerá sin Su Voluntad». Pero con el estado de conciencia tuyo vas evidenciando Su Presencia en tu vida.