En el odio no hay amor, solo guerra. Satisface tu necesidad de Mi siempre y en cada instante, confiada a Mi Saber y a Mi Amor, a Mi Largueza, a Mi Bondad, a Mi Sentir, a Mi Hablar, inflamándote de Amor. Goza de ello hija, este es el momento de la perfecta unión. El corazón habla, siente y vive porque se da sin reservas, gozando de esta penetración, de esta fusión, de este encarnarse en un ser divino. Soy Yo quien te habla y quien te necesita. Soy Yo, no lo dudes y vivirás en Mi por eternidad de eternidades, porque tu corazón lo anhela….. hablo a las dos, eso no lo dudéis.
El alma clama, necesitando su bienestar, y Yo la rocío con la frescura de Mi Amor.
Esta escucha se llama también, Fidelidad a Mi Corazón.
( Esto después de haber leído el Salmo 69, » Con el agua al cuello»):
Somos Su heredad porque en El confiamos. La confianza en El es la fuerza en nosotros. Su Bondad por los siglos de los siglos para aquellos que Le temen ( el temor a perderlo, el temor a no sentirlo, el temor a no verlo, el temor a no vivirlo, el temor a no recibirlo, a no hablarle, a no mirarle, el temor a no saber que es El), gracias Señor.
Sión será coronada como reina para dar Gloria al Padre y testimonio de Mi Presencia, de Mi Hablar en ella, Yo Soy así, el Dador. El que habla y El que escucha, El que dice y predice, El que enseña y proclama la Verdad para reconocer al único Rey y Salvador. En las entrañas de la Virgen, Mi Madre, fui engendrado para dar testimonio de Verdad, de Justicia y de Paz. Gracias Señor, esa fue Mi Misión y aquí estoy para continuarla.
( Petición puesta por El en nosotras, después de rezar el Rosario):
Deshaz todo orgullo, necedad o abuso para la santificación de nuestras almas, Te doy las gracias.