El gozo de nuestra alma está en Ti. El Espíritu del Señor habla a través de nosotras. Una vocación es la escucha continua de Mi Voz.
Romped el llanto de tantas almas en Mi Corazón. Rogadme por ellas para que aprendan a vivir y no se abandonen al miedo de la intransigencia, de la inoperancia en el dolor y de la no escucha por temor. Para eso estáis ahí vosotras, para rogar y hacer de Mi el rosario de vuestras peticiones.
Yo hablo del silencio, de Mi silencio, del silencio profundo del alma que sosiega su corazón en la dicha de Mi Voz. Alegría solo rota por el dolor de las almas que se pierden. Almas Mías muy queridas, tomad el Corazón de Mi Madre y el Mío y acogedlos en vuestros brazos y llevadlos con tanto amor como merecen, y que sean adorados, respetados y sentidos en todos los corazones. Llevadlos y Yo os haré reinas de Mi Corazón. ¿ Podéis pedir más? Os regalo Mi continuo Amor en Nuestros Corazones.