Lo que nosotras tenemos son pruebas de alcance: todo lo que se vive en la vida cotidiana que se puede superar fluyendo sin necesidad de mirar hacia atrás, solo a delante. (El Señor representa esto como las carreras de obstáculos que saltas las vallas y sigues corriendo).
El horror de no saberse querido, las angustias, los temores…, todo eso entra en una desfachatez tan angustiosa que el alma queda marcada por todos estos sinsabores que os he enumerado. Con este bagaje de angustias y temores, de sinsabores y apetencias no resueltas, buscan fuera. Están absortos en sus necesidades. No conocen ni se conocen. Piden y no dan, no saben, están aterrorizados ante su dolor, miedos y apetencias. Juzgan para no verse (miran a otros para no mirarse a si mismos), están engañados. Subsisten por una necesidad de un mañana mejor.
Que Su relación con vosotras sea fluida siempre, no desde el desgaste de la obligación. Solo saberos libres para amar, para amarMe y nunca desde la obligación ni del deber, ni de sentirnos forzadas, sino sabernos libres en Su Presencia. Saber amar con El, amar en Mi, amarMe. AmadMe en verdad. Eso es lo que Yo quiero. Yo quiero la voluntad del encuentro, desde la apertura al sentir. Los corazones unidos, desde la libertad unívoca. Un compañero con el que te vas a encontrar. Una ilusión por verMe, por contemplarMe, por decirMe, por saber que Soy Yo. Eso si y desde ahí también. Eso es todo.
La única y verdadera libertad es verse a uno, solo verse a uno de una forma libre, con el conocimiento de saberse ahí para eso. Este camino desobstaculiza, elimina creencias como resultado, usando la libertad.
(Preguntamos al Señor, ¿Cómo podemos traer tantas cosas de atrás y poder aprender aquí con esos lastres? El nos da como respuesta una experiencia que recientemente habíamos vivido en una tienda comprando un maletín. Dicho maletín infantil tenía roto el espejito y alguien comentó que eso trae mala suerte. Ante esto la dependienta de la tienda contestó: «Yo nací en martes 13 y no me puedo permitir el lujo de ser supersticiosa» . Pues lo mismo tenemos que decir: que no nos podemos permitir vivir bajo la influencia de las creencias, con todos esos lastres tengo que aprender a vivir libre.
Hay que quitar la creencia que nos obliga a mirar a mi hermano, si quito yo la creencia de mirar a mi hermano, me libera a mi porque soy libre de mirarme con amor. (quitar la creencia de mirar a mi hermano en vez de culparme por mirarlo).