Un canto espiritual en el corazón renueva sangre y espíritu. Vivifica el sentir, renovando también nuestra mirada y poniéndola sola para El. Glorifiquemos, bendigamos y aclamemos al Santo de los Santos porque Su perdón, Su Santificación permanece en nosotros. Sea por siempre bendito y alabado, glorificado sea Su Nombre en el Amor del Espíritu. Amen.