Almas Mias muy pequeñas, tan angustiadas por su dolor y a la vez abiertas a Mi Corazòn. Yo sè que vuestro corazón està abierto a Mi.
Regocijaos sabiendo que Soy Yo el que os habla, os necesita y vive para entregaros a los demás a través de Mi. Sosegaos sin miedo, sin rencores desde la angustia, sabiendo que este Dios que todo lo puede os ayuda, os guía, os ilumina para hacer el bien a través de Mi. La perdición es el desconsuelo, la desesperanza y el temor de lo hecho por vosotras sabiendo que Yo Soy el dador, el hacedor para cada una y para todos.
No temais, os acompañarè siempre. (me pierdo) Yo sè que Me amais y esto hace feliz a Mi Corazòn desahuciado por muchas almas porque temen que las acapare o las engañe. No sabeis el dolor que esto provoca en Mi Corazòn amado y sentido solo para el Amor.
Abandonaros, regocijaos en Mi. Sòlo eso.
Es un engaño el dolor cuando no se sabe porque es una desesperanza puesta en Mi, para acaparar lo inaudito, lo innecesario. Sabed que os arrojo a manos y en brazos de algunos malhechores, pero aùn asi sabed que Soy Yo el que està ahì abrazado a vosotras para que hagáis a través de Mi lo que Yo solo no podría hacer, por eso hijas mias os necesito tanto. No sufráis, aceptadlo como Mi decisión para hacer el bien a través de Mi. Os suplico que no os asusteis y ni culpeis a vosotras ni a los demás. Sabed que es una acción de un Dios que os necesita para dar y recibir, para amar y para sentir. Acurrucadas en Mi corazón, dolidas y sentidas pero a la vez muy amadas. Sabed que os amo hasta la perdición, mas allà de lo que vuestro ser y vuestro sentir podrían alcanzar. Son palabras de Amor escritas a fuego en vuestra alma para el no olvido de Mi Ser, alma con alma. Solo eso.
(El elije pero dice:) os corresponde a cada una decir si o negarme.
No repetís bastante la frase “ para mi solo Tu, yo nada”, pero Yo lo harè verdad.
No esperéis nada de Mi, en Mi.